Desde que era niña me empeñaba en conseguir lo que quería, hacía berrinches, hacía tratos con mi hermana para que jugará conmigo o para no delatarla. Siempre tenía dinero pues me gustaba ahorrar (no recuerdo haberlo utilizado pero siempre ahorraba), así que desarrollé muy bien esa costumbre.
Siempre he pensado que todos esos “skills” que desarrollas te serán útiles en algún momento de tu vida, por más inutilizables que parezcan.
Hasta hoy en día he utilizado algunos, no soy una compradora compulsiva, me gusta ahorrar para poder realizar viajes, y aunque ahora no hago berrinches (tantos), he aprendido a trabajar para conseguir lo que quiero. Después de todo hacer berrinches no está mal, te enseñan que sí puedes tener lo que quieres, pero no de la manera que lo quieres.
Mis papás siempre han sido unas personas muy trabajadoras y responsables, y se que aunque les ha costado mucho sudor, han podido lograr muchas cosas a través de su excelente trabajo. Y les agradezco haberme puesto este ejemplo.
A pesar de su buen ejemplo yo siempre he sido un poco más independiente (rebelde), y he querido vivir el mundo como yo quiero y no como ellos lo hubieran querido. Tal vez ellos no sepan qué estoy haciendo con mi vida pero yo sí. He aprendido a perseguir mis sueños sin que nadie me haga cambiar de opinión, y eso me hace muy feliz.
Hoy hace 11 meses dejé mi casa, mi familia y mi país y ahora sí he dado el primer paso hacia mis sueños, me gusta cómo se siente y me dan nervios aún todas las cosas que quiero hacer, pero se que debo ser paciente.
Desde que estoy aquí he conocido la primavera, el otoño, el invierno, he visto nevar, he conocido a personas de todas partes del mundo, he escuchado muchos idiomas, he probado comida diferente, he conocido otras ciudades, y estoy por conocer otro país (Canadá)…
Después de todo no es tan malo ser raro y estar loco (eso es lo que mucha gente piensa de mí).
