De vez en cuando

De vez en cuando uno debe dormir en el suelo, aguantarse la sed y el hambre, estar solo, pedir ayuda, llorar.

Porque de vez en cuando debemos ponernos en el lugar del que no tiene casa, del que no tiene lujos, del que necesita comida, del que ocupa ayuda y compañía, del que se cansó de pedir amor y ahora se conforma con la lástima.

De vez en cuando deberíamos actuar más y hablar menos, sentir más y pensar menos, escuchar más, querer más, concientizar más, profundizar más, comprender más. Quejarnos menos.

Lloramos de felicidad mientras otros lloran en silencio. Festejamos la llegada de un nuevo miembro a la familia y nos olvidamos del que dio su vida porque otro más naciera, festejamos el triunfo sin pensar en el esfuerzo que hizo el otro y lo que no pudo lograr. A veces estamos en el lugar del campeón pero no siempre. Por eso debemos ser humildes, agradecer el triunfo, pero reconocer el esfuerzo del otro, en lugar de reírnos en su cara.

Pisamos fuerte y desperdiciamos cosas, nos olvidamos de lo que nos da la tierra y lo que nos da la gente. Criticamos sin ver de cerca, y al ver de cerca no miramos dentro. Si miráramos dentro todo fuera diferente, pero no dedicamos el tiempo suficiente para conocer a las personas, todos tenemos una historia diferente, sin embargo pocos se interesan en conocer algo más que no sea su propia vida.

Escuchamos el ruido, pero no escuchamos el silencio, sin embargo ahí está, respiramos el aire y aunque no lo vemos ahí está. Nos dejamos llevar por lo que vemos, que le restamos importancia a lo más importante que es invisible a los ojos, como el amor, lo que sentimos. Y a veces, ni mirando las cosas apreciamos su valor, como cuando vemos al sol, estamos cansados de él, nos agota, nos enfurece, nos aburre. Hasta que llegan las nubes y lo esconden y lo extrañamos, y es asi como la propia naturaleza nos trata de hacer entender lo maravilloso que poseemos. El canto de los pájaros en las mañanas, los perros ladrando, el vaivén del viento; ellos se comunican y nosotros no escuchamos. Sordos de pensamiento, mudos de sentimiento. 

Inteligencia artificial, pues no buscamos el bienestar de otros, sino de nosotros mismos. Comodidad, facilidad… dejó de ser cómodo y de ser fácil para convertirse en inservible y aburrido.

Las cosas no son como antes. Pero podemos cambiar.

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